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Una cosa tiene que ver con la otra. Si tenemos escasez de liderazgo a nivel mundial, podría decirse que de igual manera eso se refleja en la falta de propósitos loables para una paz verdadera y para la humanidad.

Esa falta de liderazgo hace que muchos no comprenden la dimensión de los problemas que tienen que enfrentar en sus países, en sus regiones y en el plano global.

Presumen que el mundo no ha cambiado y que las cosas siguen como en el pasado. En esa dinámica hemos debilitado de manera extrema el rol de las Naciones Unidas, cuyo organismo internacional ha tenido el propósito de ser un ente de equilibrio.

Los países se están rearmando, aunque sea con propósitos persuasivos, pero así se eleva el peligro.



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Por admins

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