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He aquí cuatro personajes de la historia que paulatinamente en el tiempo han influido en el pensamiento político revolucionario. Para sentar sus reales en el progresismo globalista.
Voltaire dijo: «Jesucristo necesitó 12 apóstoles para propagar el cristianismo; yo voy a demostrar que basta solo uno para destruirlo». Con sus huesos carcomidos todavía «espera esa destrucción».
Diderot dijo: «Cristo ha dicho: mi reino no es de este mundo; y vosotros, sus discípulos, ¡queréis tiranizarlo!». Argumento falaz, porque desde la revolución que precursó, se empeñaron en separar la Iglesia del Estado, en un intento de diezmar la influencia del cristianismo. Intento, por supuesto, fracasado.
Tanto Voltaire como Diderot fueron inspiradores de la Revolución Francesa, capitalizada por los jacobinos (los que se sentaban a la izquierda del Parlamento). Ambos ateos grandilocuentes y arrogantes.
Nietzsche dijo: «Dios está muerto». Sin embargo, el que está muerto es él.
Nietzsche fue el inspirador de la idea del Ubermensch (raza superior) del Nacional Socialismo alemán.
Antonio Gramsci dijo: «El socialismo es justamente la religión que debe matar al cristianismo. Nuestro evangelio es la filosofía moderna, la que prescinde de la hipótesis de Dios en la visión del universo, la que solo en la historia pone sus fundamentos, en la historia de la cual nosotros somos las criaturas del pasado y los creadores del porvenir.»
Gramsci, acusado de revisionista por los marxistas radicales, es quizás el más letal de todos, es el pensador que ha liderado al posmarxismo. Construyó su tesis sobre la base de que la lucha no era la de clases, sino contra la cultura occidental.
Al fracasar, la Unión Soviética, la izquierda mundial se «agarró del clavo» de Gramsci para justificar su lucha por las «minorías oprimidas» y en América Latina para darle cuerpo al Socialismo del Siglo XXI.
Tesis que van dirigidas a la deconstrucción de los valores judeo cristianos en los que se ha sustentado y todavía se sustentan, las instituciones que van quedando de la Civilización Occidental.
Es, reitero, el ideólogo de la «Cultura de la Cancelación». Es el maestro inspirador de la actual izquierda, tanto la radical como la liberal (progre).
Cultura de la Cancelación que agrede las bases de la Familia Original, conculca la Libertad en su concepción redentora social y política, destruye la Patria… y niega al Dios Creador de la Biblia.
En su base filosófica descansan las políticas de: Fronteras Abiertas, Macroestado, Ideología de Género (Aborto, LGTBIQ+…), ESI (Pedofília, Zoofilia…), Cambio Climático Radical, en fin, todo el secularismo acendrado que entra a una sociedad cuando salen los valores cristianos.
Identifiquemos la filosofía de los verdaderos enemigos de la humanidad, los que agitaron y agitan contra las instituciones y las leyes que han dado a las naciones los avances obtenidos.
¡Despertemos!
Por: Elías Wessin Chávez
La entrada La progresía y sus heraldos se publicó primero en El Nuevo Diario (República Dominicana).
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