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La situación electoral en Venezuela ya venía complicada por las acciones del gobierno de impedir la postulación de la líder de la oposición y evitar que periodistas y observadores que no consideraban cercanos entraran al país para ver y opinar sobre el proceso.

Y justo sobre esa base descansa la legitimidad del proceso. Ahora resulta más complicado al dar los resultados sin la suficiente verificación para ser confiables.

Las primeras acciones hacen sospechosos los resultados dando como ganador a Nicolás Maduro con un 51.20 % de los votos, cuando se habría contado el 80 % de las actas de las elecciones presidenciales.

La oposición y buena parte de la comunidad internacional está pidiendo un reconteo de las actas con delegados de los actores internos con la vigilancia externa.

La naturaleza del actual gobierno de Venezuela se ha agenciado su propia sospecha, la que sólo se despejará si ocurriera esa verificación. Si fuera verdad, la legitimidad oficial queda salvada y fortalecida. Y la oposición no tiene otra opción que haber sido derrotada. 

Gobernar un país encendido será más complicado.



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Por admins

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