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El gran dilema que tenemos cuando queremos reformar nuestro sistema fiscal es no querer tocar ciertos intereses económicos pensando que nos quitan votos o estabilidad. El criterio puede ser no contra ricos ni contra los más pobres.

Esa es la razón del porqué la clase media resulta siempre la más perjudicada, sin darnos cuenta que ese sector es el de mayor empuje en el desarrollo del país. Lo es porque ambiciona, es aspirante a seguir subiendo y se frena.

En cambio, los más ricos acumulan y los más pobres los anquilosamos con la asistencia social. 

Creemos que ese es el gran dilema de la sociedad dominicana, cuando es claro que tenemos un amplio espacio para recomponernos y frenar muchos de nuestros problemas, pero, sobre todo, poder aprovechar las potencialidades que tenemos para una realidad más equitativa y más rica.  

Tal vez una de las características de la sociedad dominicana es que aspira al progreso y es probable que ese sea el principal motivo de nuestra inmigración. Todos cargan un sueño y se van.  

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Por admins

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