[ad_1]
La pesca en la República Dominicana es más que una actividad económica; es una tradición vital que sostiene comunidades, apoya a familias, fomenta la cultura local y contribuye al desarrollo sostenible del país. (Ilustración por: Camila Decena)
EL NUEVO DIARIO, SAMANÁ.- La República Dominicana, famosa por sus playas y resorts de lujo, también alberga encantadores pueblitos de pescadores que son clave para el turismo.
Santa Bárbara de Samaná, Sánchez y Las Terrenas, ubicados en la región nordeste del país, ejemplifican cómo la pesca y el turismo pueden prosperar juntos, beneficiando a numerosas familias locales. Esta región, conocida como Cibao Nordeste, incluye las provincias Duarte, Hermanas Mirabal, María Trinidad Sánchez y Samaná.
Cibao Nordeste es la sexta región en aporte al PIB del país, destacándose en sectores como construcción, agropecuaria, comercio, transporte, y hoteles, bares y restaurantes.
Antes de sumergirnos en la actividad pesquera y el impacto turístico de Samaná como provincia, Santa Bárbara de Samaná como municipio cabecera, Sánchez y Las Terrenas, es fundamental conocer algunas generalidades que resaltan el valor de la pesca.
La pesca es una actividad económica fundamental a nivel mundial, proporcionando más de 400 millones de empleos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para alrededor de mil millones de personas en países en desarrollo, la pesca es la única fuente de proteína animal, destacando su importancia no solo económica sino nutricional.
En ese orden, el informe Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura 2022 estima que en 2020, 58,5 millones de personas trabajaban en la pesca y acuicultura en todos los continentes. Por sector, el 35 % de estas personas estaban empleadas en la acuicultura y el 65 % en la pesca.
estancado en los últimos años. (Fuente: FAO)
Tal como se lee en el gráfico, cerca del 80 % de los 37,9 millones de pescadores en el mundo proceden de Asia. África sigue con un 13 %, mientras que las Américas, principalmente América Latina y el Caribe, representan algo más del 5 %. Oceanía aporta algo más del 1 %, y Europa, apenas menos del 1 %.
La pesca en la República Dominicana es más que una actividad económica; es una tradición vital que sostiene comunidades, apoya a familias, fomenta la cultura local y contribuye al desarrollo sostenible del país.
Las estadísticas hablan
Aunque las estadísticas recientes no han sido muy favorables para el país, la pesca sigue siendo una herramienta crucial en la lucha contra el hambre y la pobreza en las comunidades costeras.
La industria pesquera en la República Dominicana genera ingresos anuales de aproximadamente RD$3,000 millones, representando el 0.3% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, según el Plan Estratégico Institucional 2021-2024 del Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (CODOPESCA).
La captura total de especies de importancia comercial, incluyendo peces, crustáceos y moluscos de agua dulce y salada, promedia 13,575 toneladas anuales.
Sin embargo, la producción pesquera solo cubre entre el 17% y el 30% de la demanda nacional anual de productos del mar, que oscila entre 50,000 y 54,000 toneladas. Gran parte de esta demanda proviene del sector turístico y se enfoca en especies de aguas frías como la merluza y el arenque, además de productos procesados como sardinas y atún enlatados, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) 2017.
En el primer trimestre de 2023, el Banco Agrícola ha desembolsado alrededor de RD$42.2 millones al sector acuícola, siendo el municipio de Azua el más beneficiado con RD$18.8 millones.
Según el Ministerio de Agricultura, en 2019 la producción de peces en la República Dominicana alcanzó 284,271 quintales, un aumento del 30.5% respecto a los 217,889 quintales de 2018. Entre 2015 y 2019, la producción total fue de 1,168,572 quintales, con 2015 como el año de menor producción, con 194,148 quintales.
Regulación de la pesca
Las regulaciones pesqueras son cruciales para la sostenibilidad y desarrollo del sector pesquero. En la República Dominicana, estas normativas son clave para proteger los recursos marinos, asegurar la viabilidad económica y mantener el equilibrio ecológico.
La Ley núm. 307-04 crea el Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (CODOPESCA) como dependencia del Ministerio de Agricultura, que está encargado de regular las actividades pesqueras, modificando disposiciones legales relacionadas con la pesca, la acuicultura, y el medio ambiente.
Los pescadores deben tener licencia para ejercer sus funciones y para obtenerla se hace necesario agotar un proceso que consiste en llenar un formulario y algunos otros requisitos básicos.
De acuerdo con el Primer Censo Nacional Pesquero de la República Dominicana 2019 realizado la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), unos 13,714 individuos, o sea, el 91.68% de los 14,929 pescadores que fueron censados no cuentan con Carnet para pescar; y, solo lo tienen 1,215 personas, apenas el 8.32% de ellos.
¿Un sector vulnerable?
Ese Primer Censo Pesquero también reveló que la pesca es un sector económico vulnerable.
La población pesquera cuenta con un promedio de 6.15 años de escolaridad, indicando que en su mayoría han completado solo la educación primaria o básica. Además, cerca del 92% de estos individuos declararon no haber recibido ningún tipo de entrenamiento o capacitación.
La mayoría de los trabajadores en este sector son adultos, con 9,939 personas, equivalentes a dos tercios del colectivo, que tienen entre 30 y 64 años.
En 2021, el Ministerio de Economía citó importantes retos en su Monitor de la Frontera, donde resaltan la pesca sin tecnificación, la limitada tenencia de insumos y el uso de embarcaciones en condiciones deficientes.
Carlos José Then, director ejecutivo de Codopesca, ha reiterado que la falta de organización y formalización de los trabajadores, la falta de solvencia, educación y tecnicismo en la pesca artesanal son los principales obstáculos para la industrialización del sector.
De acuerdo con Codopesca, las principales zonas pesqueras del país son: Bayahíbe, Sánchez Ramírez, Samaná, Palmar de Ocoa, La Caleta, Azua, Sosúa, Bahía de las Águilas, Montecristi y Pueblo Viejo, y cada una de esas zonas aportan de manera significativa al turismo dominicano.
Sin embargo, una zona de las zonas más famosas es Samaná, con su »Pueblo de los Pescadores» en Las Terrenas y Sánchez, municipio especializado en camarones.
Estos pueblitos son el sostén del turismo nacional.
Samaná, es la provincia con mayor presencia de personas dedicadas a la pesca con un 22.83% (3,408 personas) del total de pescadores según el Censo Pesquero, seguida de Puerto Plata (17.77%) y María Trinidad Sánchez (9.26%).
Además, es la que posee la mayor cantidad de puertos con 57 y Puerto Plata, la segunda con 19 puertos para un 28% y 9%, respectivamente.
El municipio de Sánchez recientemente inauguró su muelle turístico y pesquero con una inversión de 58 millones de pesos, una infraestructura largamente esperada. Históricamente, Sánchez fue una de las poblaciones más importantes del país, conectando la Bahía de Samaná con el centro de la isla a través de un ferrocarril hoy desaparecido.
Durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en 1946, se estableció el «Pueblo de los Pescadores» en Las Terrenas, compuesto por pescadores y agricultores de Santo Domingo.
Hoy en día, la economía de Las Terrenas se basa en el turismo, comercio y pesca. A pesar de que el turismo es la principal actividad, muchos residentes buscan mejores oportunidades laborales en hoteles de otras regiones, mientras que otros migran a Monte Plata y Los Haitises para dedicarse a la agricultura, centrada en cultivos de subsistencia como ñame, yautía, yuca, cilantro y ajíes.
Relacionado
[ad_2]
Source link