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El abuelo de Donald Trump, Frederick Trump emigró a los EEUU, con 16 años de edad, desde un pueblo de Alemania. A pesar de ser el nieto de un inmigrante, la antiinmigración es el eje central de su campaña presidencial.

Paradójicamente, según las encuestas, es el favorito de los inmigrantes latinos. Aunque promete la deportación de entre 15 y 20 millones de personas que, según afirma, están indocumentadas en los EEUU.

Según Pew Research Center, 36.2 millones de latinos tendrán derecho a votar. Representando el 14.7% de las personas aptas para elegir al nuevo presidente. En 2016, sólo el 28% de los hispanos votó por Donald Trump. En 2020, el 38%. En las próximas elecciones el 46%, según un sondeo realizado en marzo por The New York Times.

¿Por qué aumenta la simpatía de los latinos por Donald Trump?

Los avances tecnológicos y científicos han convertido al planeta en una aldea, donde lo que ocurre en cualquier parte, se conoce al instante en todas partes. Los votantes hispanos y norteamericanos ven en el candidato republicano, la esperanza de terminar con la guerra en Ucrania, que tiene a la humanidad al borde de una catástrofe nuclear.

Desde 1980, Donald Trump es el único presidente de EEUU, que no inició guerra y trajo a casa la mayor cantidad de soldados, que estaban en el extranjero.

¿Cuáles son las principales causas de la emigración latina?

En primer lugar, la pobreza fruto de la desigualdad que azota la región. En América Latina y el Caribe, el 50% de los más pobres de la población, recibe sólo el 10% de los ingresos. Mientras que, el 10% más rico obtiene el 55%.

¿Por qué tantas pobrezas en una región rica en recursos naturales?

La causa principal es el despojo de los recursos naturales. Las empresas multinacionales en complicidad con líderes políticos traidores succionan nuestras riquezas, que lavan en los paraísos fiscales.

En la región se encuentra casi el 20% de las reservas de petróleo del mundo, al menos el 25% de las de algunos metales estratégicos y más del 30% de los bosques primarios.

Por ejemplo, República Dominicana tiene la 5ta mina de oro más grande del mundo. Pero, el primer contrato de explotación, firmado en el año 1997, estableció un 3% para el Estado y el 97% para la Barry Gold, empresa que lo extrae. Hasta el 2012, cuando el ex presidente Danilo Medina, prohibió la salida del oro, hasta no firmar un nuevo contrato.

Latinoamericana espera que el famoso eslogan de campaña enarbolado por Donald Trump durante su campaña del 2016, «Hagamos América grande otra vez» abarque a toda la región. De lo contrario seguirán surgiendo Bukeles y la influencia China y Rusia seguirán ganando terreno.

Nadie desea emigrar, las faltas de oportunidades que merman la calidad de vida, es el motor que la impulsa. Por ende, la pobreza es la madre de la emigración. Lo primero que se debe hacer Donald Trump para reducirla, es frenar la corrupción administrativa en la región, el lavado de activos y promover más equidad en la distribución de los recursos.

Como promete deportar millones de indocumentados, el pueblo dominicano espera, que apoye la aplicación de nuestras leyes migratorias, para deportar ilegales. Nuestro país es víctima de una trama, orquestada por Canadá, Francia y un sector oscuro de las élites estadounidenses, para fusionarlo con Haití. El más pobre de América, con idioma y cultura diferentes.

Pacíficamente nos ha invadido, con el apoyo de dichas potencias, de empresarios para aprovechar manos de obras baratas y líderes políticos con problemas judiciales en EEUU. De acuerdo al ministro de salud, el 35% de los partos son de haitianas, cuentan con el apoyo de centenares de ONG, implantadas en todo el país con la misión de acelerar la fusión.

Por: Elías Rosario 



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