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Crónicas Dominicales

En la actualidad la mayoría de los artistas triunfan por su atractivo físico, composiciones rítmicas y temas insulsos, carentes de mensajes o una narrativa.

Amén de una poderosa maquinaria propagandística que crea «ídolos de papel», tan vacíos como sus canciones.

Pero hay honrosas excepciones y el cantante que tengo a gusto presentarle es un artista que interpreta y compone canciones de alto contenido romántico y social.

«De ahí vengo yo» nos pinta un pueblito sumido en la pobreza en el corazón de la Sierra de Bahoruco, orgulloso de sus ancestros taínos comandados por el cacique Enriquillo, bautizado por las creencias del gran Líder Papá Liborio y los Mellizos de Palma Sola.

De ahí vengo yo, del sur profundo, con sus carencias, pero armado de valores y de un sentimiento patriótico innegociable.

Somos mulatos…

Esta canción que no sólo se ha convertido en el himno de los de su pueblo; sino, de todos los sureños quienes la interpretan a todo pulmón con orgullo.

A Félix me une un vínculo de amistad de todos los años del mundo.

El y mi hermano menor Guido (ido a destiempo) elaboraban sueños cada noche en el contén frente a casa, hacían sus cocinaos y celebraban de cuando en cuando con una botellita de Brugal.

Un día le pongo unos de los exitazos de Félix a Guido y me dice, pero ese es D’ Oleo mi amigo que tú nos veía y recogía todas las noches.

Este artista que tiene la virtud de cautivar a todos los públicos, a los de monte adentro, a los pueblerinos y a los de la gran clase media, posee una característica especial, canta de una manera, con un estilo tan original y un contenido que conecta «con el alma».

Él es el menor de 13 hermanos y en su temprana juventud quedó hechizado por la música de la nueva trova cubana y las canciones de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, las cuales cantaba desde temprano por su bohío y en el parque de Hondo Valle.

Siendo apenas un niño conoció lo que es «bajar el lomo», ayudando a su padre a desyerbar, sembrar, cosechar yuca, habichuelas, plátanos y otros rubros en su conuco arriba en la sierra.

Encuentra albergue en la casa de su hermana mayor en Haina y desde ahí se traslada a diario a estudiar Tecnología Eléctrica en Apec, pero cada día se convencía más y más que lo suyo era la música.

Otras corrientes musicales van impactando en sus preferencias, Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, Ana Belén, Joaquín Sabina, Danny Rivera y muchos otros.

Sus horizontes artísticos se amplían, en los círculos universitarios forma parte de varias agrupaciones y en esa etapa que una organización estudiantil le facilita su traslado a una academia musical en Estados Unidos.

El muchacho de Hondo Valle ya es un artista hecho y derecho, con un repertorio propio de temas de amor y desamor, desaires, situaciones… con su estilo muy propio y original, un tono de voz que taladra nuestros oídos y nos llega al alma.

Dice D’Oleo que inicia su carrera en forma cantando en bares de Nueva York, conformando un ejército fiel de seguidores.

Es en los 90’s cuando el destino, primero le asesta un fuerte golpe con la partida al más allá de su amada Vieja y la contrapartida fue encontrarse con Ángel Muñiz, quien estaba en la realización de su gran éxito «Nuevayol, llegó Balbuena» y la canción Se Fue, que se constituyó en la carta de presentación de este gran éxito cinematográfico.

La carrera artística de Félix tuvo un antes y un después después de Nuevayol».

Me cuenta Félix que luego de varias presentaciones, la gente empieza a reconocerlo, los vecinos de Haina y de Miramar, los compañeros de Apec y ni hablar de los de Hondo Valle, que además de tener un himno, tenían un héroe musical sumamente popular.

Me dice el artista y amigo, «que su tarifa no sufrió nada» con su fama adquirida, porque él siempre ha valorizado su arte y su trabajo.

Murmullos fue el tema que acompañó Nuevayol 3, y no es que hubiera una parte 2, pero Ángel Muñiz sostenía que nunca las parte 2 triunfaban.

Pero este nuevo éxito cinematográfico afincó la fama y carrera del canta autor del Sur Profundo.

Una vez andaba de ronda por la Zona y por accidente me tropecé con un concierto de Félix en Lucía (bonito bar) y la multitud totalmente de pie tarareaba las canciones del artista, eso parecía un ceremonial de una secta religiosa.

Le envié un saludo, con uno de los camareros y me hizo subir para hacer un brindis colectivo por Guido y los demás.

-Las composiciones son como decía Radio Guarachita, no tienen día, ni hora, la inspiración llega en el momento más inesperado y en circunstancias a veces impensables-

Así se expresa el cantautor del Sur al preguntarle sobre el proceso creativo de sus canciones.

-Aunque tengo un buen número de composiciones, las mismas han brotado de manera espontánea, no me considero una factoría de crear canciones, por estar buscando sonar en determinado momento.

D’Oleo mantiene un tren de trabajo bastante activo; me dice que tres, dos y a veces ninguna presentación por semana.

Volviendo a uno de los éxitos más contundente de su carrera «Se Fue «, me dice -ciertamente tiene mucho significado, porque representó la partida al cielo, del ser que más he querido, «mi vieja», y esta canción representa ese dolor, ese sentimiento de despedida y desprendimiento de un ser querido».

-La canción es de un compositor cubano, Raúl Torres-

Félix está siempre inmerso en nuevas producciones, de presentaciones estelares, como la que hará a partir del próximo fin de semana con las canciones y gran amigo de él, Anthony Ríos, a modo de homenaje a ese gran artista.

Se nos quedaron algunos temas pendientes porque la conversación tuvo que interrumpirse por el escape de la cotorra y la persecución del sureño por los patios del vecindario, pero realmente este rato conversando con este hombre sencillo y original fue un verdadero deleite, como cuando escucho sus canciones y presentaciones.

Por: Fernando Despradel



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