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Prisilla Rivera y Persio Maldonado Sánchez durante el Podcast. (Foto: Félix Lara)

EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Como si fuera amor a primera vista o su destino, la joven Prisilla Rivera, de unos diez años de edad, no le gustaba el deporte que le concedió más tarde el título de capitana de las Reinas del Caribe. Más bien, no conocía nada de este, y llegó por accidente, gracias a una amiga. 

“Llegué por accidente, porque una amiga mía practicaba en una iglesia llamada San Pedro Apóstol, pero estudiábamos juntas en el colegio, y me invitaba a cada rato. Y yo dije, mira, yo voy a ir para salir de ti, para que tú no me hables más de esto. Y bendita decisión, porque eso fue amor a primera vista”, comentó, diciendo que ese momento marcó su trayectoria. 

Por su paso como capitana de un equipo que ha conseguido oro en los Juegos Panamericanos, en los Centroamericanos y del Caribe, en el Campeonato Continental NORCECA, terminar en el puesto número 5 en los Juegos Olímpicos y un sinfín de otros palmarés, Rivera expresó las situaciones con que tuvo que lidiar en esa posición. 

Tuvo que renunciar a sí misma por el bien del equipo, ya que el desempeño del grupo era primordial al suyo. No solo debió lidiar con cosas dentro de las canchas, sino también fuera, ya que podrían repercutir al rendimiento de la plantilla. En resumen, hacer que el equipo funcione, aunque ella no lo haga, de acuerdo con lo comentado en una entrevista en el Podcast El Nuevo Diario Podcast, con Persio Maldonado, David Alcántara y Abigail Díaz.

Persio Maldonado Sánchez muestra a Prisilla Rivera la galería de fotos históricas que El Nuevo Diario exhibe en sus pasillos

La atleta alegó que era una persona temperamental, y tenía que reprimirse de hasta decir una mala palabra, porque después no tendría derecho a reclamar a sus pupilas. 

“Imagínate tú lo difícil que es eso, pero se consigue, se logra buscar un equilibrio, y si te dieron ese rol fue porque entienden que tú tienes la capacidad de asumirlo y hacer que la bujía del equipo funcione”, aseveró. 

La aclamada capitana formalizó su retiro en el voleibol, tras ganar el MVP en la Copa Panamericana en el 2021. Ese hubiese podido ser el último paso en su larga carrera como deportista, sin embargo, su amor al juego la llevó a ser entrenadora nivel III de la Federación Internacional de Voleibol (FIVB), para ampliar su reconocido legado. 

“El entrenador es todo. Es psicólogo, hermano, terapeuta, marido, amigo, todo, todo, todo. Me costó un tiempo desengancharme de ser la jugadora y ser la entrenadora, pero también una preparación. Yo soy entrenadora a nivel 3 internacional, avalado por la Federación Internacional de Voleibol”, expresó. 

A pesar de su larga trayectoria, Rivera, en su rol de entrenadora, quiere tener complicidad y confianza con el jugador, deseando que no la idolatren.

“Cuando las muchachas llegan a la cancha, lo primero que se quedan impresionadas porque me idolatran. Me pasó en el colegio donde yo soy entrenadora. Y me tomó un tiempo como yo decirle, dejen la idolatría, vamos a entrenar, vamos a aprender, desarrollar esa confianza. No es fácil porque muchas se quedaban así embobadas mirándome“, comentó, sin embargo, dijo que las entendía, ya que en su momento también le sucedió. 

 

¿Sus amigas en las Reinas del Caribe? 

La Selección Femenina de Voleibol de la República Dominicana ha pasado por varios cambios. Muchas jugadoras que crearon el apodo de las monarcas caribeñas, hoy en día están retiradas y nuevas caras se han integrado al plantel para cargar ese peso en sus hombros. 

De 1998 al 2021 de carrera deportiva, Rivera dijo que ha tenido muchas amigas, pero que al final todas son una familia y se siente bien con todas, independientemente de que sienta más afinidad con una u otra. 

Una de ellas y la primera que mencionó, fue la profesional jugadora Candida Arias, con quien tiene una amistad muy estrecha y bromea mucho. 

Además, nombró a la actual capitana de la selección, Niverka Marte, a la líbero Brenda Castillo y a las hermanas Brayelin y Jineiry Martínez, dando a demostrar su amistad con las distintas generaciones. 

“Sobre todo con las más jóvenes que han ido asumiendo en los últimos años los roles en el equipo. Porque tú como una jugadora de tanta experiencia en todos los ámbitos y sentidos, lo ideal es que tú le transmitas lo que tú entiendes que puede servirle a las demás”, comentó.



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